Para L. Era una semilla más entre otras semillas. No destacaba, en apariencia, por nada. Era pequeña, casi ínfima, amarronada, con finas vetas amarillas y vivía en el semillero de aquel granjero esperando su momento. No sabía cuál era su destino. Por no saber, no sabía...

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar