
29 Ene Reseña LIJ: La pequeña brujita Hazel
La historia de la literatura infantil está llena de brujitas. Algunas son más encantadoras, otras dan un poco de miedo y otras como Hazel querrías que fueran tu compañera de aventuras y descubrir junto a ella el bosque y disfrutar de la naturaleza.
Y es que en este afán mío por lecturas de nature writing siempre que tengo oportunidad me acerco a lecturas infantiles donde la naturaleza sea la protagonista. Si a esto le sumamos una niña con mucho apego por la tierra y la naturaleza, ambas gozamos de este tipo de cuentos y álbumes. Así que sabía de antemano que “La pequeña brujita Hazel” sería una apuesta segura.
Planteado como un recorrido por las cuatro estaciones, la protagonista del libro es Hazel, una brujita que vive en un bosque encantador repleto de rincones por descubrir (¡es fácil imaginarse pasear por ese bosque y entrar en la biblioteca, en la zapatería, en el almacén o perderte en el país de las hadas).
Las historias que le suceden a Hazel son sencillas, pero no por ellas exentas de sabiduría y conocimientos sobre la naturaleza. De cada una de ellas nos podemos llevar un pequeño aprendizaje, pero sobre todo la sensación de cuán poderosa y maravillosa es la naturaleza. Además me ha gustado mucho el detalle de cómo la historia inicial se hila con la última, integrando así las historias como los propios ciclos de la naturaleza. Por otra parte, Hazel está muy bien acompañada por una serie de personajes y habitantes del bosque que enamoran.
Además de las historias, el punto fuerte del libro es la ilustración de trazos gruesos, con una paleta de colores contundentes y detalles, que son una invitación más para perderte con Hazel en ese bosque fantástico que habita. La autora tanto del texto como de las ilustraciones es Phoebe Wahl, de la que os comparto algunas de sus ilustraciones.

Un libro con una edición muy cuidada por parte de Savanna Books, -editorial española con un proyecto de conciencia social y ecológica muy interesante- para visitar y revisitar y, por qué no, para imaginar nuevas historias en ese bosque que habita Hazel y al que más de una vez quisiéramos escaparnos, aunque fuera por un rato.
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