Yo confieso
que aunque bendiga el valor de las pequeñas cosas,
me complico al dar fuerza a lo que es insignificante.
Yo confieso
que aunque hable sobre la búsqueda del camino sencillo,
yo suelo tomar la ruta con curvas y cambios de rasante vitales.
Yo confieso
que aunque abandere la sonrisa como maestra de vida,
en ocasiones me dejo llevar por las lágrimas que empañan horizontes.
Yo confieso,
que aunque predico la actitud como bandera existencial,
muchas veces me dejo llevar por la pasividad anímica.
Yo confieso
que aunque promueva la indulgencia con uno mismo,
en ocasiones soy mi peor enemiga.
Yo confieso
que aunque el amor sea medio y fin en la existencia,
en ciertos momentos me he descubierto odiando.
Yo confieso
que aunque pretenda ser buena alumna de la vida,
a veces solo raspo el aprobado porque no creo suficientemente en lo que hago.
Yo confieso
que aunque hable de fortaleza y seguridad,
casi siempre me dejo perseguir por las dudas y el miedo.
Yo confieso
que aunque creyente de sueños e imposibles,
muchas veces dudo de esa magia existente.
Yo confieso
que aunque me sienta inventora de fantasías e historias,
a veces me quedo demasiado en el raciocinio y me olvido de escribir la mía propia.
En definitiva, me confieso humana, pecadora de obsesiones mentales y procrastrinadora de sueños propios.
Pero también sé que, al confesarme, me reconcilio un poco conmigo misma.
Y entonces valoro las pequeñas cosas, cojo el camino sencillo, me dibujo la sonrisa cada día, me trato con cariño, quiero y me dejo querer, aprendo sin exigirme, paso del miedo y las incertidumbres, vuelvo a creer en los imposibles, disfruto de escribir (me).
#poemasdeldesvarío
Dolors
Publicado a las 15:19h, 03 junioQue bonita entrada mi niña yo tambien confieso , besitos Silvia .