Tu lugar en el mundo

 

Para Glòria

Cuando era adolescente recuerdo querer encontrar con ansias mi lugar en el mundo. Seguro que ese deseo no solo era mío y a quién más a quién menos ese sentimiento le ha acompañado en algún momento.

Supongo que buscar tu lugar en el mundo está muy relacionado con ese momento de tu vida en que necesitas reafirmarte a ti mismo a través de la pertenencia a un grupo. Incluso aunque seas una persona más bien tímida o independiente, integrarse forma parte del proceso de crecer y madurar. Supone buscar nuestra identidad a través de los demás, buscarte a ti mismo en los otros. Y así después de buscar y buscarte, uno tiene la sensación de hallar ese lugar en el mundo.

Pero uno sigue creciendo y aunque esa sensación ya no es tan poderosa también necesita satisfacerse. En el fondo, resulta agradable formar parte de algo, reconocerte en ese grupo como uno más y que cuenten contigo. Eso te hace sentir bien… ¡Y a tu ego, ya ni te cuento! Está henchido cuando los demás te valoran, te reconocen… Ais, ese ego que a veces nos lleva por caminos confusos.

Sin embargo, puede suceder que ese lugar de repente caiga. Esa imagen idílica de tu “lugar” en el mundo se hace añicos. Te echan, te expulsan, te vas –da igual la razón, cada uno tiene la suya–. Y entonces te pierdes porque tu brújula ya no te orienta, acostumbrada a solo funcionar para los demás. Pierdes el norte –e incluso, el sur– y no sabes a dónde dirigir tus pasos. Empiezas a dar tumbos y vueltas y te das de bruces contra preguntas que no tienen respuesta.

Y solo entonces, cuando andas completamente perdido, en tu propio laberinto interior y justo cuando estás en el centro del mismo, te hallas. En ese momento te das cuenta de una sublime verdad: ya no perteneces a ningún lugar, ya no abanderas el nombre de nadie, porque en realidad, ahora únicamente te perteneces a ti mismo. Ya no eres un adolescente, algo has perdido por el camino, pero también algo has aprendido: el mejor lugar del mundo eres tú mismo. Con tus sombras y tus luces, con tus alegrías y tus tristezas, con tus miedos y tus valentías. Pero ese lugar eres tú y aunque a veces no nos guste, en él hemos de depositar todas nuestras energías, ilusiones y esfuerzos. Lo demás puede –o suele– ser pasajero.

Así que ya no hay que buscar fuera, porque en realidad, lo que necesitas ya está en ti. Por eso, si has de aventurarte, aventúrate contigo mismo. Si has de luchar, lucha por ti. Si has de crear, crea para ti. Si has de soñar, sueña y no vendas tus sueños por promesas de papel de fumar. Porque recuerda que tu lugar en el mundo eres tú mismo y ese es el mejor lugar, aunque a veces no nos lo parezca.

Y hablando de lugares y sueños… Pronto vendré con algunos de ellos. Estad atentos.

12 Comments
  • Dacha
    Publicado a las 11:51h, 12 febrero Responder

    Que decir cuando hace demasiado tiempo que siempre que has perdido ese lugar y tu brújula no sabe volver a encontrar el norte. Hermosas palabras para explicar ese nudo que a pensas te deja respirar y te ahoga…

    • SilviaGGuirado
      Publicado a las 11:14h, 13 febrero Responder

      A veces cuando eso pasa, lo mejor es buscar una mano amiga que te guie hasta volver a encontrar tu centro, tu norte y encontrarte a ti. Y sabes cuál es esa mano, ¿verdad?

  • www.mbfestudio.com
    Publicado a las 14:38h, 12 febrero Responder

    Me ha encantado, precioso :))

  • ferprobanza
    Publicado a las 15:50h, 12 febrero Responder

    He podido dedicarle tiempo a tu lectura entre el festival de carnaval de mis sobrinos y una clase particular de inglés que voy a dar. Ese es mi lugar en el mundo: en el que me lleva de un lado a otro conectándome con lo humano, con enseñar y ser enseñado. Qué bonita reflexión y qué preciado suspiro este, que en forma de palabras, estoy seguro que puede abrazar a muchas personas. Porque aunque vivimos en la era del GPS, muchos nos hemos sentido perdidos en algún momento. Quizá si probamos a levantar la vista, entenderemos que las estrellas siguen estando en el mismo sitio. Un abrazo grande de mi lugar en el mundo a tu lugar en el mundo.

    • SilviaGGuirado
      Publicado a las 11:16h, 13 febrero Responder

      Gracias por leerme y por ese abrazo desde tu lugar en el mundo. Al fin y al cabo, nuestro lugar en el mundo se nutre de lo que aprendemos, de lo que nos enseñan y, a veces, también enseñamos. Y, por supuesto, se enriquece con las palabras y se ilumina con esas estrellas de las que hablas. ¡Gracias, compañero! Un abrazo inmenso.

  • Víktor
    Publicado a las 22:13h, 12 febrero Responder

    Me he dado un rato antes de comentar. Y es que lo he considerado necesario.
    Supongo que el hecho de conocernos es algo que resulta difícil. La introspección puede durar años o, en ocasiones, toda una vida. Y no es hasta que nos conocemos que llega el momento de “caminar solos”.
    Supongo que todos hemos tenido una época en la que necesitamos vivir “en manada”. Esa época en la que da miedo ser un incomprendido, un inadaptado social. Por alguna razón, yo tenía cierta tendencia de tomar distancia. Tal vez mi carácter (extraño) fuera lo que me llevara a ello.
    Sin embargo, coincido: el mejor lugar del mundo es uno mismo =^.^=
    ¡Besos y ronroneos!

    • SilviaGGuirado
      Publicado a las 11:22h, 13 febrero Responder

      Víktor, gracias por tu tiempo y por tu reflexión. Conocernos creo que es la mayor aventura que podemos vivir si decidemos emprenderla y la verdad es que aunque estemos acompañados, el viaje lo hacemos solos. Por eso, creo que es importante entender que nuestro lugar tiene que ser nosotros mismos. ¡Gracias, minino, y ronroneos!

  • Javier Fernández Rivera
    Publicado a las 10:31h, 15 febrero Responder

    Completamente de acuerdo e identificado con estos pensamientos Silvia. Gracias por reafirmarmelos.

    • SilviaGGuirado
      Publicado a las 11:48h, 17 febrero Responder

      ¡Gracias a ti, Javi, por comentarme! A disfrutar de nuestro lugar en el mundo 😉

  • chikyhobbit
    Publicado a las 07:22h, 17 febrero Responder

    Bonitas palabras, como siempre con trasfondo para reflexionar. Desde hace tiempo me siento desarraigada, mi mundo conocido siguió sin mi (o yo sin él, mejor dicho) y me está costando mucho construir uno nuevo aquí. El interior va conmigo y como dices bien, a veces nos gusta y otras no, pero aún así, hay días que también anda desorientado. Al menos tengo mis anclas gatunas, pilares muy importantes para mi. Un abrazo guapa!

    • SilviaGGuirado
      Publicado a las 11:50h, 17 febrero Responder

      ¡Qué magníficas son esas anclas gatunas! Cógete a ellas porque forman parte de ti y de tu lugar en el mundo. La sensación de sentirte desarraigada es muy dura, porque sea voluntaria o no, crea una especie de vacío difícil de llenar. Ánimo, porque estoy segura que estás haciendo una gran labor por estar ahí y sentirte bien. Y para lo demás, los achuchones felinos y su presencia es de lo mejorcito. Un abrazote bien fuerte.

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