Hagamos historia. Cambiemos la historia.

Hace un par de días estaba pensando en cómo podría recordar desde este pequeño rincón que es mi blog el próximo día 8 de marzo. Enseguida pensé en Griselda y Bella, porque, en cierta manera, me enseñaron a ver el mundo desde un prisma feminista. Entonces se me ocurrió imaginar que, tras tiempo sin saber la una de la otra, Bella decide contactar con Griselda porque todo el movimiento del 8 de marzo, inevitablemente, le ha recordado a la propia historia que compartieron. Escribí esta carta que ahora leeréis como homenaje a esos dos personajes que creo que tienen mucho de todas. Acto seguido pensé que era una tontería publicarla en el blog. Tal vez, nadie recordaría ya a estas dos exprincesas o ni siquiera sabrían de su existencia. Entonces, ayer, de repente, vi un vídeo de Karol Conti la librera de El gato de Chesire (Zaragoza) que aún hoy recomendaba “El despertar”. Fue como ese toque de atención, ese pequeño empuje que necesitaba, para decidir publicarla. Por eso, os la dejo, para quien lo tenga a bien, pueda leerla, recordar a estas dos muchachas y, tal vez, contagiarse de ese espíritu de libertad, cambio y revolución que transmitieron con su historia. Porque todas podemos escribir nuestra propia historia. Porque todas podemos hacer historia y cambiar la historia.

“Querida Griselda,

Seguramente, recibir esta carta te produzca sorpresa. Después de tanto tiempo sin hablar, sin apenas mantener el contacto más allá de cuatro palabras escritas y un par de llamadas, aquí estoy, amiga. Sí, espero que sigas considerándome tu amiga a pesar de mis idas y venidas –bueno, sobre todo, mis idas.

Estos días atrás pensaba mucho en ti. En la aventura que compartimos para lograr escapar del cuento que nos habían impuesto y buscarnos a nosotras mismas y nuestra propia historia.

Desde entonces yo  he seguido buscándome… Y de tanto buscarme, a veces, pienso que aún me he perdido más.  ¡Qué exagerada soy, amiga! Lo que sí es cierto, es que me he hallado un centenar de veces, y un centenar de veces me he vuelto a perder. ¿Pero no es acaso eso la vida? Sin embargo, hoy voy a elucubrar más sobre esto… Como te decía, pensaba estos días en nuestra aventura por el mundo real ahora que tanto se habla de patriarcado y feminismo. No dejo de pensar en nuestro escritor y en cómo logramos superar el poder que ejercía sobre nosotras, cómo fuimos capaces de cambiar la historia/vida que quería imponernos.

También recuerdo nuestros deseos ardientes de ser nosotras mismas y de no tener que ejercer el papel que habían escrito para nosotras. Ahora que encuentras princesas que no quieren serlo y se rebelan en casi cada esquina y librería, no dejo de pensar que, en cierto modo, hace años, fuimos un poco pioneras. Entonces no existía la moda de las princesas rebeldes, solo había un par, una que se tiraba pedos y otra que no quería comerse las perdices del final de su cuento. ¡Es genial que, al fin, no seamos las únicas en pensar de un modo más libre!

También recuerdo el despertar hacia mi nueva identidad sexual. Aquello que despertó cierto revuelo y que hoy ya aparece en muchas historias, en decenas de páginas de la literatura infantil y juvenil y en manifestaciones y pancartas que crispan a las mentes más opacas y reaccionarias.

Por supuesto, también viene a mi memoria nuestra amistad, sincera y respetuosa, donde cada una siendo diferentes, nos entendíamos y nos ayudábamos. No había espacio para suspicacias, celos o rivalidades. En la calle, codo a codo, éramos mucho más que dos, ¿recuerdas? ¿Acaso no era eso lo que hoy llaman sororidad?

Y cuando veo que se acerca el 8 de marzo y que se suceden acto, huelgas y manifestaciones, también pienso en nuestros sueños y deseos, pizarra en mano, de construir una sociedad mejor donde no hubiera necesidad de  princesas, ni de príncipes –y si me apuras de unicornios. Donde lo que prevaleciera fuera la búsqueda de uno mismo, de su esencia. ¿No es, en cierta manera, Gris, lo que está ocurriendo, esta revolución feminista, aquello que soñamos e imaginamos?

Amiga, compañera de batallas emocionales y cambios sociales, gracias por haber estado y haber formado parte de mi propia evolución.  Me encantaría que pudiéramos encontrarnos este próximo día ocho y celebrar y celebrarnos como amigas y compañera y reivindicar nuestro lugar en el mundo. Y quién sabe, tal vez, seguir soñando con ese mundo que un día imaginamos y al que aún le queda mucho por cambiar y alcanzar. Si te apetece, nos vemos entre esa marea de mujeres –y ojalá también de hombres- este próximo día ocho. Me reconocerás porque sigo sin llevar tacones, solo bambas, que ya sabes que siempre me ha podido la comodidad  en el calzado. La otra, la comodidad personal, la perdí cuando me encontré.

Siempre tuya, siempre nuestra.

Bella”

1 Comment
  • isaydo
    Publicado a las 10:30h, 08 marzo Responder

    ¡Amiga sigamos cambiándolo todo!

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